
Hace unos meses, en un artículo anterior, hablábamos del uso de la probeta “TAM PANEL” en la industria aeronáutica para realizar el control de la eficacia antes de comenzar un ensayo de líquidos penetrantes, como medio para asegurar que el proceso es capaz de cumplir con el objetivo que el ensayo persigue.
Pues bien, en la industria aeronáutica y durante una auditoria (véase NADCAP), en la cual está en juego la obtención o el mantenimiento de la certificación, pocas cosas son capaces de provocar un ataque de pánico similar al que se produce cuando, tras procesar el TAM PANEL y dirigir la lámpara UV-A en busca de las indicaciones que aparecen en nuestra fotografía, comprobamos que, o bien el número no coincide o bien el tamaño de las mismas no es ni parecido.
En esos momentos las dudas inundan nuestras cabezas: ¿Esto significa que nuestro proceso no es eficaz? ¿Qué hacemos ahora que estamos en medio de una auditoría? ¿Y con las piezas que inspeccionamos ayer? ¿Por qué me está mirando el auditor?
Lo peor de todo es que esas dudas no se quedan en el limbo, porque ya se encarga el auditor (que por eso te está mirando), de materializarlas con una de las preguntas más usadas en este tipo de auditorías, que no es otra que, “Muy bien, ¿Y ahora que es lo que haríais?”.
Es este el momento en el que los inspectores se miran unos a otros, sin saber que decir o murmurando en el mejor de los casos, mientras como Nivel 3 Responsable tratas de traducir esos murmullos en una explicación razonable mientras piensas “O sea, que no tengo bastante con que me falle el control de eficacia sino que encima nos van a sacar otra desviación porque no sabemos ni responder. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?”.
Esto, si bien está narrado en tono cómico, lamentablemente ocurre en bastantes ocasiones, por lo que es importante que el personal implicado en la inspección conozca las causas que pueden hacer que este control de eficacia falle y a su vez que acciones llevar a cabo cuando esto sucede.
La experiencia me dice que si bien puede que, efectivamente el fallo en el control de eficacia se deba a que haya un problema en el proceso de inspección, la mayor parte de las veces no es tal, sino que el origen del fallo suele deberse al propio TAM PANEL y más concretamente a que su estado no es el adecuado, generalmente originado por una mala manipulación o limpieza.
Por tanto, ante un fallo en el control de eficacia, este es el primer aspecto a comprobar y asegurar.
Para garantizar que el TAM PANEL es lo suficientemente sensible como para mostrar un cambio en la eficacia del proceso de penetración, es imprescindible eliminar por completo cualquier residuo de penetrante que quede atrapado en las discontinuidades después de cada uso.
La forma de eliminar estos residuos es contrarrestar el efecto de absorción del penetrante atrapado, con un fuerte efecto de capilaridad.
Para ello un procedimiento que suele dar buenos resultados es el siguiente:
a) Después de procesar, lavar el panel cuidadosamente con agua para eliminar todos los rastros de revelador.
b) Secar el panel por soplado con aire o limpiar con un paño limpio, seco y libre de hilos.
c) Aplicar una capa gruesa del revelador en forma d (disolvente de base acuosa).
d) Dejar actuar al revelador de 10 a 15 minutos.
e) Lavar el panel con agua.
f) Aplicar un producto de limpieza o disolvente (Ejemplo: MEK), o sumergir el panel aproximadamente 30 minutos en el disolvente (Se permite el uso de un método de ultrasonidos).
g) Repetir los pasos del b) al d) y dejar actuar al revelador 30 minutos.
h) Comprobar la eficacia de la limpieza con la lámpara de UV-A en la cabina de inspección. Si aparecen trazas de penetrante, repetir los pasos del a) al d) hasta conseguir la completa eliminación de las trazas.
i) Lavar el panel con agua y secarlo.
j) Almacenar el panel de referencia en un embalaje de protección para evitar contaminación y daños, que pueden ser perjudiciales para su uso futuro o almacenar el panel mediante inmersión total en un recipiente con disolvente (Ejemplo: MEK).
Una buena práctica a llevar a cabo justo antes de realizar el control de eficacia (y más en una auditoria) es, previamente a procesar el TAM PANEL comprobar la ausencia de indicaciones con la lámpara de luz UV-A y en caso de haberlas realizar la limpieza siguiendo el procedimiento descrito, hasta eliminación total de indicaciones. Con esto evitaremos procesar un TAM PANEL que presenta restos de suciedad los cuales van a provocar un fallo en el control de eficacia.
- Una vez limpio y seco, procesar el TAM PANEL con los productos en uso en la instalación, inspeccionar y comparar con el registro fotográfico.
- En caso de que las indicaciones no sean comparables a la fotografía, repetir la limpieza y procesar de nuevo. Si aun así no se obtienen dichas indicaciones el problema debe ser analizado por el Nivel 3 que adoptará las acciones oportunas (incluyendo por ejemplo la realización de ensayo de lavabilidad y de sensibilidad del penetrante).
- Una vez finalizado el control de eficacia, limpiar el TAM PANEL lo antes posible y almacenarlo adecuadamente.
Por último, si tras realizar el control de eficacia, las indicaciones no son comparables a la fotografía, la respuesta a la pregunta del auditor, “Muy bien, ¿Y ahora que es lo que haríais?” no es otra que:
Repetir la limpieza y procesar de nuevo el TAM PANEL y si aun así no se obtienen dichas indicaciones el problema será analizado por el Nivel 3 que adoptará las acciones oportunas (incluyendo por ejemplo realizar un ensayo de lavabilidad y de sensibilidad del penetrante ó si se detecta que el TAM PANEL está deteriorado, sustituir y repetir el ensayo con un TAM PANEL nuevo).
Rubén Olmeda.
Nivel 3 EN 4179 en PT